Itinerario Monástico - La residencia:

Según la modalidad de vida por la que optemos así será nuestro lugar de residencia. Para quienes vivimos en la soledad ese lugar es la ermita. Los tiempos han cambiado y con seguridad algunas actividades, entre ellas el trabajo, deba desarrollarse fuera de la misma (RB 50). El lugar de residencia debiera caracterizarse por ser sobrio, austero, acogedor (RB. 32, 33, 52, 66). En él, las monjas y los monjes realizamos la oración, la lectio divina, el estudio (RB 8-19,49), recibimos visitas (RB 53), nos alimentamos y descansamos RB 38-42). Debiera permitirnos desarrollar la mayor cantidad de actividades de la vida cotidiana monástica, invitar al recogimiento y al encuentro con la Divinidad, con nosotros mismos – nosotras mismas y con la Humanidad: “Un hermano vino al encuentro del abad Moisés, en Scitia, para pedirle una palabra. El anciano le dijo: -vete y siéntate en tu celda y tu celda te lo enseñará todo-“ (Apotegmas de los Padres). Antes las ermitas y los...