Fraternidad Monástica Padre Nuestro

 



“Que todos sean uno …

para que el mundo crea”

Jn 17:21


Introducción

La vida monástica es un fenómeno que atraviesa toda la historia y todas las religiones, por lo tanto, es parte de nuestro testimonio profético hacia la Humanidad del siglo XXI presentarla de forma actualizada.

La vida monástica no es otra cosa que la misma vida cristiana vivida con radicalidad evangélica (Mc. 8,34-38; 10,17-22). Es el llamado a participar de la Buena Noticia que trae Jesucristo (Mc. 1,15). Un mensaje de la Divinidad para toda la Humanidad (Is. 26,19; 29,18; 35,5-6; 42,7.16; 61,1 cf Mt. 9,12; 21,28-32; 22,1-10; 20,1-15; Lc. 15; 7,41-43; 18,9-14; 19,1-10).

La vida monástica se caracteriza por la experiencia de búsqueda (1Re. 19,8-13), una búsqueda constante y escucha (Lc. 10,38-42), una escucha atenta y dócil, discernimiento y obediencia a ese mensaje (Gn. 12,4; Ex. 4,18; 1Sam. 3,10). En medio de un mundo con tantas voces y tantos ruidos, lleno de interferencias que nos presentan los medios de comunicación, las redes sociales y el mercado, entre otros, escuchar la invitación divina, discernir su voz entre tantas otras voces y responder desde la experiencia humana es lo que caracteriza la vida de quienes asumimos la espiritualidad monástica.

Es un mensaje experimentado en el silencio de la soledad para ser compartido (Lc. 4,1-15; 1Jn. 1,3) y anunciado (Sab. 18,14-15). Un mensaje experimentado en la oración y la lectio divina, para hacerse compromiso y solidaridad (Mc. 6,32-34). Por eso, la vida monástica está inserta en la historia de la Iglesia en cuanto Comunidad Enviada (Mt. 5,14-16) y en la historia de la Humanidad en cuanto Comunidad Destinataria (Ap. 19,7; 22,17).

Hombres y mujeres que asumimos la espiritualidad monástica, buscamos la presencia Divina porque es el destino al que la Humanidad está convocada por Dios (Ef.1,4; 4,1). Nos ponemos en camino con fe tras la Promesa (Heb. 11) en ese encuentro Divino Humano (2Pe. 3,13) mientras intentamos identificar la huella Divina (Gn. 1,26-27) en el encuentro cotidiano con quienes son su sacramento (Mt. 25,31-40; 1Jn. 4,20). En esos encuentros nos despojamos de todo los que nos impide ese contacto (Ex. 3,5); reconocemos que estamos frente a un misterio y adoramos la Presencia Misteriosa (1Re. 19,13) y entramos en diálogo con ella (Ex. 3,4-4,17; 1Re. 19,14-18; 1Sam. 3,1-14). Esa búsqueda, encuentro y diálogo con Dios se transforma en solidaridad en el compartir cotidiano con nuestros hermanos y hermanas (Gn. 18,1-8).


Qué es la Fraternidad Monástica?

La FRATERNIDAD MONÁSTICA “PADRE NUESTRO” es una organización cristiana y ecuménica, que congrega a hermanas y hermanos en la fe, provenientes de distintas tradiciones cristianas, que desean vivir su fe mediante una experiencia monástica, dando testimonio de unidad en la diversidad (Ef. 4:5-7)


Por qué se denomina “Padre Nuestro”?

Las personas que la integramos provenimos de diferentes edades, diferentes géneros, diferentes denominaciones cristianas, diferentes países, diferentes razas, diferentes estados civiles y diferentes culturas, que sintiendo el llamado a vivir la espiritualidad monástica, es decir, a una búsqueda de Dios en el silencio y la soledad, en la oración y la lectura de la Biblia, que sintiéndonos unidas fraternalmente al reconocer al Ser Indecible que llamamos “Dios”, como “Padre Nuestro”, tal como nos lo enseñó Jesús (Mt. 6:9) decidimos acompañarnos y apoyarnos en el camino de la vida monástica de forma presencial o virtual, dependiendo del lugar donde residamos.


Para qué una Fraternidad Monástica?

Para caminar juntas, personas que nos sentimos llamadas a vivir la espiritualidad monástica, contribuyendo a construir la unidad de la Iglesia en la diversidad de expresiones.

La fraternidad se caracteriza por un fuerte espíritu ecuménico que se materializa a través de:

  • ü la integración de personas provenientes de diferentes denominaciones cristianas (católicas, ortodoxas, anglicanas, protestantes);

  • ü la integración a la tradición monástica de nuestra Fraternidad, de ritos y oraciones de diferente origen denominacional;

  • ü la oración por la unidad de la Iglesia;

  • ü el desarrollo de acciones en favor de la unidad de quienes profesamos la fe cristiana en distintas denominaciones.

La vida monástica cristiana surge claramente identificable a partir del siglo IV por lo tanto, es anterior a las diversas fracturas que ha sufrido la Iglesia de Jesucristo; es decir, que surgió y se desarrolló en la iglesia indivisa, por lo tanto, tiene mucho para aportar al diálogo y la acción ecuménica, contribuyendo a que la Iglesia retorne a su unidad original; unidad en la diversidad de expresiones teológicas, litúrgicas y pastorales, tal como lo afirma Agustín de Hipona (354 430): “En lo que es necesario: unidad; en lo que es dudoso: libertad; en todo: caridad”.

Como planteamos más arriba, la vida monástica es anterior al cristianismo y está presente en muchas religiones; por lo tanto, es parte de nuestra identidad monástica cristiana establecer la apertura al diálogo con tradiciones monásticas de otras comunidades de fe, es decir, un diálogo interreligioso, reconociendo y valorando en ellas todo lo bueno y todo lo digno de lo que son portadoras.


Cómo se organiza la Fraternidad Monástica?

La fraternidad está formada por monjas y monjes, y por oblatos y oblatas.

  • ü Las monjas y monjes somos personas solteras que, unas llevamos vida eremítica, es decir, que vivimos en soledad, generalmente en nuestras casas o con algún familiar; otras llevamos vida cenobítica, es decir que nos juntamos de a dos o tres o más para desarrollar la experiencia monástica.

  • ü Las oblatas y oblatos somos personas de cualquier estado civil, que no pudiendo o no queriendo llevar una vida monástica, por diferentes razones, vivmos la espiritualidad monástica en la medida que nuestro estilo de vida nos lo permite.

Todas las personas por igual, seamos monjas y monjes, oblatas y oblatos, tenemos los mismos derechos y obligaciones dentro de la Fraternidad, siendo la única diferencia el estado de vida.

Al igual que en toda la tradición monástica cristiana, tanto de Oriente como de Occidente, la vida monástica de la Fraternidad se sostiene en la oración, la Lectio Divina y el trabajo.

Desarrollamos nuestra vida de oración: el Oficio Divino, la Oración hesicasta y la Eucaristía.

  • ü En cuanto al Oficio Divino, celebramos las horas litúrgicas que nos permita la jornada, priorizando la Oración del Amanecer (Laudes) y la Oración del Atardecer (Vísperas).

  • ü En cuanto a la Oración hesicasta, siguiendo la antigua tradición monástica surgida a partir del mandato apostólico “orad sin cesar” (1Tes 5:17) que consiste en la invocación del nombre de Jesús como medio para la salvación (Hch 2:21; Rom 10:13 cf. Jn 16:23; Hch 4:12; Fi 2:6-11). “No se nos ha mandado trabajar, velar y ayunar constantemente, mientras que sí tenemos obligación de orar sin cesar” (Evagrio Póntico: Tratado práctico 49, siglo IV); testimonios similares encontramos en los Apotegmas de los Padres del desierto de Egipto (siglos IV y V) y en el monacato palestino, en Gaza, donde Barsanufio (+549) y Juan (+550) del monasterio de Seridos en Gaza, son sus mayores exponentes (siglos V VII); a partir del siglo VII con la influencia de Juan Clímaco (579-649), Simeón el Nuevo Teólogo (949-1022), Gregorio Pálamos (1296-1359) entre otros, pasa a Constantinopla y el Monte Athos; en Rusia es Nilo de Sora (1433-1508) y José de Volokolamsk (1440-1515) sus mayores exponentes generalizándose su práctica (siglos XV XVII); finalmente, con la obra “La Filokalía” (1872) y “Los relatos de un peregrino ruso a su padre espiritual” (1881) finalmente a occidente y se difunde ampliamente.

    • ü En cuanto a la Eucaristía participando con la frecuencia que cada integrante de la Fraternidad pueda hacerlo, buscando la forma de que por lo menos el día domingo, se participe de la Fiesta y de la Mesa del Señor.

    Desarrollamos diariamente la Lectio Divina, es decir, la lectura orante de las Sagradas Escrituras.

    Desarrollamos el trabajo, manual y/o intelectual, como medio de ganarnos la vida no siendo una carga para nadie; en solidaridad con todas las personas que trabajan en el mundo; como medio ascético de disciplina y buen uso del tiempo.

    En la Fraternidad, por su carácter monástico, no desarrollamos ninguna actividad pastoral, no obstante brindamos dos grandes servicios a la Iglesia de Jesucristo, presente en las distintas denominaciones cristianas y a la sociedad; por un lado, la realización de encuentros ecuménicos para orar, intercambiar, estudiar y por otro, compartiendo la experiencia de lo divino, con aquellas personas que lo estén buscando dicha experiencia y se acerquen a la Fraternidad.

    • ü Los encuentros ecuménicos consisten en espacios de oración compartida, de reflexión temática, de intercambio de experiencias, que pueden ser virtuales o presenciales.

    • ü El compartir la experiencia de lo divino consiste en recibir en los eremitorios o monasterios, presencial o virtualmente, a través de la hospedería o del acompañamiento espiritual a personas que estén en la búsqueda de un encuentro con Dios y una experiencia de su gracia.

    Esto no significa que las monjas y monjes, no lleven adelante una vida de solidaridad (Mt. 25:31-46) basada en las enseñanzas de Jesús en los Evangelios.

    Las personas que integramos la Fraternidad tenemos autonomía para organizar nuestras vidas como monjes o monjas o como oblatos y oblatas, como mejor se adapte a las circunstancias de cada persona, por lo tanto, es importante que cada monja o monje eremita o cada pequeño cenobio definan una mínima regla de vida y estructura de la jornada.


    Cómo se puede integrar?

    La fraternidad recibe a personas que sean mayores de 18 años, que hayan recibido el bautismo en cualquier iglesia cristiana, que estén llevando o proyecten llevar una experiencia de vida monástica,


    Dónde está presente la Fraternidad?

    La Fraternidad se encuentra donde reside cada uno de sus miembros.


    Cómo puedo contactarme?

    • - Correo electrónico: ermitavirtual@gmail.com

    • - Facebook: Eremitorio Emaús

    • - Whatsapp: +598 97413106


“En lo que es necesario: unidad; 

 en lo que es dudoso: libertad; 

en todo: caridad”

San Agustín de Hipona

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