Breve catequesis sobre Adviento

 


1.    Introducción.

Con inmensa alegría, pongo esta breve catequesis sobre Adviento a disposición de ustedes, con la finalidad de tener una mejor comprensión del período litúrgico que inicia.

Confío que contribuya a profundizar nuestra experiencia de fe en el Señor Jesús Cristo, nuestro el Maestro y el Señor (Juan 13,13), que viene ya, pero todavía no.

 

2.    Significado.

Adviento es un término de origen latino (adventus) que significa venida o llegada del Señor pero con matices de presencia (parusía) y manifestación (epifanía).

En otras religiones, adviento designaba la venida periódica de la divinidad al recinto sagrado del templo, es decir, que se conmemoraba su retorno. En el imperio romano, significaba la entrada triunfal del emperador. En el cristianismo hace referencia a la segunda venida del Señor Jesús Cristo, en gloria y definitivamente (parusía), al final de los tiempos.

Con el tiempo de adviento inicia el año litúrgico cristiano. En la tradición occidental tiene una duración entre 22 y 28 días, de los que forman parte, los cuatro domingos más cercanos a la celebración de la Navidad (25 de diciembre). En la tradición oriental tiene una duración de 40 días, finalizando en la celebración de la Epifanía (6 de enero).

Se caracteriza por ser un tiempo de oración y reflexión, esperanza y vigilia.

Con particularidades litúrgicas propias, prácticamente todas las Iglesias cristianas históricas celebran este tiempo: la Iglesia Católica Apostólica Romana, la Iglesia Anglicana, la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, las Iglesias Protestantes (luterana, presbiterana, metodista, moraviana, etc.), la Iglesia Ortodoxa Copta, la Iglesia Católica Antigua, entre otras.

Si bien este tiempo precede a la Navidad, tiene por finalidad prepararnos a la segunda y definitiva venida del Señor Jesús Cristo.

 

3.    Historia

El surgimiento de este tiempo litúrgico se remontaría a finales del siglo IV y principios del siglo V, en Galia e Hispania, como un tiempo de preparación y prácticas ascéticas previas a la celebración de la Navidad. Se extendía por tres semanas, relacionadas a las tres venidas del Señor:

·        la primera en su revelación a la conciencia,

·        la segunda en su manifestación mediante la ley

·        la tercera cuando vino por la gracia.

En ese tiempo, las catecúmenas y los catecúmenos se preparaban al bautismo que se administraba en la festividad de Epifanía.

Durante el siglo V, el adviento es asociado a la preparación para la Navidad  a través de acciones de solidaridad, por ejemplo amor al prójimo, expresado en el servicio a las personas peregrinas, las viudas y las personas pobres:

“En la preparación para la Navidad del Señor, purifiquemos nuestra conciencia de toda mancha, llenemos sus tesoros con la abundancia de diversos dones, para que sea santo y glorioso el día en el que los peregrinos sean acogidos, las viudas sean alimentadas y los pobres sean vestidos …”  (Sermón de Máximo de Turín).

Los sermones de León Mago el gran teólogo de la Navidad no hace ninguna referencia al Adviento. Recién en el siglo VI, se puede identificar en las liturgias de la Iglesia de Roma, un período de preparación, pero a diferencia de la Iglesia de Galia, carecía de elementos ascéticos tales como ayuno y tenía su centro en la alegre espera de la celebración de la Navidad, como anticipo de la segunda venida del Señor Jesús Cristo, al final de los tiempos. Una hipótesis que se maneja, es que el papa Siricio pudo instaurar este tiempo litúrgico en la Iglesia de Roma.

 

4.    Personajes Bíblicos.

Las lecturas bíblicas que se nos propone en la liturgia de adviento, en su mayoría son tomadas de los libros proféticos que hacen referencia a la llegada del Mesías.

Además de los profetas Isaías y Jeremías, se destacan otros personas bíblicos como:

-       Juan, el bautista, precursor que prepara la llegada del Mesías. Es un personaje destacado a partir del segundo domingo de adviento, tanto en las liturgias: católicas, anglicana y protestante.

-       María y José de Nazaret, madre y padre del Mesías. Son personajes centrales en el cuarto domingo de adviento, tanto en las liturgias: católicas, anglicana y protestante.

 

5.    Teología del Adviento.

El tiempo de Adviento nos conduce a la certeza de la venida del Mesías en la carne. No es la misma espera que se vivía en el Antiguo Testamento (,Deuteronomio 18,18-19; 2 Samuel 7,13; Isaías 7,14; 9,1-2.6-7; 11,1; 35,5-6; 42,1-3; 61,1-2; Daniel 7,13-14; Zacarías 9,9-11; Ageo 2,6-7; Malaquías 3,1), puesto que la promesa fue cumplida en la plenitud de los tiempos (Gálatas 4,4). Por lo tanto, este tiempo es la preparación al nacimiento del Mesías, no en el tiempo histórico, sino en el misterio de la experiencia de fe.

Estimula a renovar la espera de la última venida en gloria, en que serán cumplidas la totalidad de las promesas mesiánicas (1 Tesalonisenses 4,16; 2 Tesalonisenses 1,7; Apocalipsis 1,7). Donde la Iglesia como Esposa, se prepara para el encuentro con el Amado (Apocalipsis 19,6-10).

A lo largo de las celebraciones se hace memoria de los padres y las madres en la fe, de los patriarcas y profetas; se recuerda a los pobres del YHWH que esperan al Mesías. La espera de la Iglesia actual se asemeja a la espera de la Iglesia antigua, clamando “ven Señor Jesús” (Apocalipsis 22,20).

 

P. Julio

Eremitorio Emaús – IADC

Provincia Anglicana de Cristo el Buen Pastor

Adviento, 2024

 

 

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